Nº 1.778 – 29 de Julio de 2018

Publicado por CC Eben-Ezer en

“Como el pueblo estaba a la expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo, respondió Juan, diciendo a todos:  Yo a la verdad os bautizo en agua, pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.  Su aventador está en su mano para limpiar su era.  Recogerá el trigo en su granero y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.”  (Evangelio de Lucas 3:15-17)

Cuando era niño vi al menos una vez como se aventaba el cereal sobre la era en la que solíamos jugar al futbol o al beisbol los chicos del barrio.  Por allí montábamos también en bicicleta porque era un terreno liso y sin piedras.  Pero un día al ir a jugar, encontramos la era “tomada” por aquellos señores que lanzaban el grano al viento y lo cribaban.  A escasos cien metros se encuentra el silo que hasta el día de hoy se levanta como el edificio más alto que yo había visto jamás.  Estos recuerdos han cobrado nueva vida con el paso de los años, al conocer el evangelio.

Cristo viene pronto a limpiar su era, a recoger su grano y a quemar la paja que no sirve para nada.  El derramamiento final del Espíritu Santo está muy cerca.  Fuego de Dios que quemará las impurezas de los hijos y de las hijas de Dios y que nos dará un fervor y una pasión por el Señor inusitadas.  Ese Don Celestial caerá sobre toda carne para intentar convencer a la humanidad de su pecado y traer arrepentimiento a todas las almas que quieran invocar el Nombre del Señor y ser salvos.   El tiempo está muy cerca y la hora se aproxima.

¿Dónde vas a estar cuando el Señor Jesús venga a buscar su trigo?  Porque la criba se hará.  ¿Estarás en Cristo o en tus delitos y pecados?  El Señor Jesús va a derramar Su Espíritu para darte una última oportunidad.  Ojalá que nuestra ferviente petición sea: ¡Señor!  ¡Quema mi paja para que no me ahogue ni me seque espiritualmente!  ¡Santifícame con Tu Espíritu para que guarde Tu Ley!  ¡Amén!

Mucho amor,

Antonio Martín, pastor.

Categorías: Año 2018